El castigo que nos trajo paz
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Aparta de mí el camino de engaño, y enséñame tu ley.
... pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
Sigan amándose unos a otros fraternalmente.
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré.
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
A veces tenemos la sensación de que en la vida todo se queda en el mismo lugar, no avanzamos y hasta puede parecer que retrocedemos. Pero, ¿en qué medida estamos contribuyendo a esta situación? ¿Las cosas no avanzan o somos nosotros los que estamos parados?
En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Dios nos creó y nos amó desde el principio. Él nos amaba desde antes de que fuéramos conscientes de quiénes somos. El amor de Dios no tiene barreras físicas ni temporales. ¡Él nos ama desde siempre!
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
Hay momentos en los que nos sentimos limitados o con las «manos atadas» en ciertas situaciones de la vida. Podemos ser competentes en muchas áreas, pero en realidad no tenemos el control de todas las cosas.
En el camino de la vida enfrentamos muchos desafíos que pueden sacudirnos. Sin embargo, es en esos momentos cuando debemos recordar que el Señor es nuestra fortaleza y nuestra roca inquebrantable. Como está escrito en el Salmo 18:2:
¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.
Lo atraje con cuerdas de ternura,
En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
¡Sí! La Biblia dice que nosotros, su pueblo, somos la morada del Dios Altísimo. ¡Qué privilegio maravilloso! Medita sobre esto:
Lo atraje con cuerdas de ternura,
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
... de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Confía en el Señor de todo corazón
En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.